15 de abril de 2013

Una de batallitas de la Lonely mamá

Erase una vez...

Como sea que no acababa de quedarme embarazada por el método de la inseminación y deseosa de ser madre me pasé al sistema de la fecundación in vitro.

En mi defensa diré que no todo fue debido a la impaciencia. A causa de las hormonas que te dan para poder controlar el ciclo que me afectaban mucho a nivel psicológico y físico llegué a engordar 10 kilos en pocos meses.



El sistema in vitro (para las que han tenido la suerte de no usarlo) significa que necesitan hormonarte a tope para que en vez de un óvulo en un ciclo hagas varios (en mi caso casi una veintena). No todos maduran en el mismo grado por lo que no todos son adecuados para hacer la fecundación. Una vez realizada en los óvulos viables se los valora y -en mi caso- me implantaron 2 de los mejor posicionados.

Ante la perspectiva de tener que hormonarme tanto hablé con mi doctora de cabecera para pedirle que me diera la baja durante ese mes pues sabía -como así fué- que esas semanas estaría un poco "como vaca sin cencerro".

Todo el proceso lo llevaba con mucha discrección. Solo la familia más cercana lo sabía. Más que otra cosa porque no sabía si al final podría quedarme embarazada y no quería que nadie me tuviera pena o lástima. Es un asunto personal y punto.

Así que en el trabajo nadie estaba al caso del proyecto que tenía entre manos. Justo cuando ya me empezaba a plantear decirlo, tengo una reunión de trabajo y nos anuncian una auditoría. Y yo a días de marcharme! Les dije que por "razones médicas" en pocos días estaría de baja por un mes así que no podría ayudarles en la preparación de la visita.Si bien nadie dijo nada más que un "ah! vale" les veía en los ojos las ganas de saber y preguntar. Es la lástima de ser adulto y educado: te tienes que aguantar las ganas quieras o no.

El día antes de cojer la baja quedé a tomar un café con una de las compañeras. Y lo único que le confirmé es que no sería una operación de cambio de sexo y que cuando volviera continuaría siendo mujer. Como podéis imaginar eso no alivio su curiosidad ni un ápice.

Al final tardé dos meses en volver. Uno para quedarme y el segundo para asegurarme que el embrión se quedaba agarradito a mis entrañas y quitarme de encima el efecto de tanta hormona.

Me había prometido no decir nada hasta el tercer mes, que según tengo entendido es cuando las posibilidades de aborto espontáneo bajan más.

Pero .... esperaron al segundo día para encerrarme en el despacho principal y decirme (en plan buen rollo que nadie se asuste) que de allí no salía si no les decía el motivo de mi baja. Ante aquella encerrona no me quedó otra que confirmar que estaba embarazada de dos meses. Después de las felicitaciones de rigor mi jefa me regaló un muñequito que habían comprado para demostrarme que "ellas ya lo sabían".....

En el próximo post os explico el motivo de la explicación de esta "batallita".

1 comentario:

  1. No me imagino todo el proceso que tuviste que pasar, aunque se que para algunas personas es muy difícil y complicado.

    En cuanto a decirle a los jefes, uf! el día que le dije a mi jefe casi sentía que le estaba diciendo a mi propio padre, jajaja. Es muy buena persona, y conmigo se ha portado genial, así que a pesar de todo el rollo del horario, la verdad es que él es bastante flexible cuando se trata de ir a alguna cosa relacionada con mi pequeño
    ;-)

    Saludos!

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...