30 de junio de 2011

Domingo

No hay nada peor para sentirse muy lonely que los domingos por la tarde. El fin de semana se acaba y las horas despues de la comida se te escurren de las manos y a la vez parecen no acabar nunca.

Ahora que tengo al Churrumbel (Mi Ch) es igual el día de la semana pues a él no le expliques que es festivo o laborable, el calendario es algo que no va con él. Una buena lección de que la obsesión adulta de compartimentar el tiempo (años, meses, semanas, días, horas, minutos, segundos, primavera, verano, otoño, invierno, laborable, festivo, vacaciones,...) es una pura arbitrariedad creada para no ahogarnos en la inmensidad.

Lo que toca por tanto, como todas las tardes, es ir al parque. Cerca de casa hay uno con unos buenos arboles que dan sombra y permiten que pese al calor del verano se pueda estar bien. Básicamente hay acacias que ahora estan en flor y dejan caer una lluvía constante de pequeñas flores color azafran. Algunas se arremolinan por los rincones, otras te las encuentras en el carrito al subir al niño y cuando llegas a casa, a veces te das cuenta que entre el cabello se te ha enredado alguna con ansias de ver mundo. El domingo parecen caer con desgana, sobre nuestras cabezas.

Se supone que los fines de semana son para estar en familia y bla, bla, bla .....  pero en el parque la mayoría somos un adulto por niño,es más, el último día no había ni una sola pareja y la proporción de papas era superior a los días laborables. Y pienso:

- Donde esta la otra parte de las parejas de esos hombres que acompañan a sus hijos un domingo por la tarde al parque?

- Porque me parece más solitario un padre con niñ@ que una madre?

Vuelvo a casa deseando que pasen las horas y llegue el lunes (rara que es una) y mientras camino le hecho una mirada a las ventanas abiertas de los edificios e imagino a esas madres y padres, desparejados momentaneos, rellenando las horas de los domingos por la tarde. Me detengo en medio de la acera, le quito una flor de acacia a Mi Ch y sigo camino  a casa reflexionando sobre las duoparentalidades y los esterotipos.

16 de junio de 2011

Las pequeñas cosas

Dicen que una vez Groucho Marx dijo que la vida estaba hecha de pequeñas cosas: una pequeña mansión, un pequeño yate, una pequeña fortuna,...

Frases ingeniosas a parte, es cierto que a pesar de las millones de veces que hemos leído y escuchado a la gente decir que el secreto de la felicidad cotidiana es saber disfrutar de las pequeñas cosas no llegas a entender en toda su profundiadad la verdad que encierra hasta que tienes un hijo.

Y que nadie se me ponga edulcorado. Hoy no estoy pensando en las monerías que puede hacer o decir esa criaturita que a aparecido en la vida de un@ sino, justamente, en todo lo contrario. Que maravilla el silencio que reina en casa cuando al final duerme!!! Como aprecias la falta de ruido (por mucho que lo quieras los gritos, chillidos y demás no dejan de ser ruido), el tiempo para poder mirar Internet sin que alguien intente aporrear el teclado o poder enfrascarse en la lectura de un libro -si aquel día te ha dejado un poco de energía- sin temer que al levantar la vista te lo encontrarás intentando meterse algo en la boca para terror del progenitor.

Aquello que antes nos parecía lo más normal, que apenas si prestábamos atención ahora se convierte en toda una fiesta para los sentidos. A continuación hago una pequeña lista de todos los pequeños/grandes placeres que estoy descubriendo y me hacen dar gracias a los cielos de que mi criaturita esté durmiendo (sumados a los ya enumerados en el párrafo anterior):

- Una ducha (larga y completa con exfoliación, hidratante después y cuantos tratamientos cosméticos seamos capaces imaginar).
- Leer un artículo, entero, del diario tomando el desayuno en el silencio de la mañana. Si es en domingo eso ya es el Nirvana.
- Ver la casa recogida y en orden (eso significa haber tenido tiempo de arreglarlo todo, claro) y recordar los tiempos en que eso era la norma y no la excepción.
- Escribir una entrada en el blog y que no te haya interrumpido siete veces reclamando tu atención.

La lista es corta pero espero que pueda irse ampliando.

Y me voy a disfrutar de el último gran descubrimiento: una noche entera de sueño sin tener que levantarme para atenderlo (espero que el milagro vuelva a producirse).

Post scriptum: Las monoparentales al tener menos posibilidades de disponer de estos minutos de relax creo que podemos incrementar la cuota de placer al ser este más escaso (si ello es posible) y así compensamos la limitación en número con la intensidad.

3 de junio de 2011

A modo de justificación

Breve explicación de la foto de la cabecera 
y del título de esta bitácora 

Me encanta la palabra, mucho más evocadora que la denominación en ingles.

Antes de tener a Mi Churumbel (Mi Ch) era gruñona, pesimista, me quejaba de todo y todos, veía las cosas bajo un prisma que acostumbra a estar en las antípodas del de la mayoría (ni mejor ni peor, diferente)..... AHORA... sigo igual. La maternidad no me ha cambiado ni un ápice en ese aspecto. 

Sabedora de que no suelo caer muy bien en la primera toma de contacto a la gente les digo que me imaginen como un CACTUS ..... pero de los de plástico, de esos que tienen espinas de afilado aspecto pero cuando las tocas se doblan y son completamente inofensivas. Pues así soy yo: espinosa por fuera y blandita por dentro.

En cuanto a los de LONELY es un pequeño recuerdo a ser madre en solitario -que no solitaria- pues si bien vamos proliferando, a día de hoy, seguimos siendo un porcentaje pequeño entre la duoparentalidad general. Solitaria como John Wayne en Centauros del desierto, me encanta la idea del oeste de los pioneros, un entorno duro y salvaje (con la que nos está cayendo hoy en día!!) y políticamente incorrecto. ¡Lástima no poder llevar una escopeta colgada a la espalda para arrear un perdigonazo a más de un@ que corren por ahí!

Y -esto ya es cosecha propia- de esos momentos en que el sentimiento de soledad me abruma sin tener muy claro el motivo (es cosa de la maternidad o solo nos pasa a las monoparentales ???). 

¿Qué mejor, por tanto, que la imagen de un cactus en el desierto para dar tener una visualización completa de quien soy?

2 de junio de 2011

Empiezo

Hace mucho, mucho tiempo (en realidad Agosto de 2008 pero parece una eternidad) tomé la decisión que quería ser madre. Lo cual no es nada singular si tenemos en cuenta que con la cantidad de personas que hay en el planeta seguro que hay alguien en algún lugar que esta en el mismo trance que tú.

Sin pareja, pero con ganas de tirar adelante tan magno proyecto me lancé con ilusión y alegría. Solo la familia más cercana supo de mis intenciones, pasó el tiempo y después de algunos intentos fallidos salio el positivo.

Era feliz y lo hice saber a todos tan pronto como Mi Churrumbel (MiCh) estuvo firmemente enganchado a mis entrañas. Algunas expresaron sorpresa (y el padre? Ah! Que no hay. Que es un donante anónimo.... Umm, y eso como funciona?) pero todos se alegraron por mi y la nueva familia que estaba a punto de constituirse.

Y pasaron los meses del embarazo (entretenidos por vómitos, mareos y otras catástrofes varias) con una barriga que parecía no crecer hasta que los tres últimos meses hizo acto de presencia. Y por fin me sentí redonda, esférica y completamente .... aterrorizada por el inminente parto. Acabar de arreglar la casa para el futuro inquilino y ... al hospital.

Después de eso viene un tiempo de locos. Pocas horas de sueño, mucho cansancio. Pero MiCh siguió adelante creciendo sin parar y sanote como pocos.

Y por primera vez en la vida me siento SOLA, SOLA.

Curioso, no?
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