26 de junio de 2013

Mamitis (Hasta los mismisimos. Parte II)

A mi no me gusta el boxeo ni los toros pero entiendo un poquito de ambas cosas porque a mi padre y abuelo (respectivamente) les gustaban e intentaron explicarme sus entresijos con el fin de -como mínimo- pudiera entender el motivo de fascinación que ejercian sobre ellos.

Una de las cosas que más me sorprendio fue la cantidad de técnica que hay detras del boxeo. Para el neofito parece dos tipos con pinta de bestia dispuestos a arrearse golpes a diestro y siniestro hasta caer KO. Pues no, resulta que cada golpe tiene una puntuación y el golpe de costado puede ser más peligroso que uno en la cara pues atacas a los riñones (p. ej).

Y esta tia a cuento de qué nos explica esto?

Pues porque hoy me han dado un golpe (emocional) de esos. He caido en KO técnico sin darme cuenta. Por suerte he tenido unos minutos de entereza y claridad mental antes de caer en lágrimas derrotada por tan traicionero golpe.

No me enrollaré con los preliminaries. Solo comentare que ayer intenté -sin éxito- explicarles mi disconformidad sobre una cosa que pasó en la escuela de nenes. Primero dejé a Mi Churrumbel en la clase y pedí a una de las profesoras que saliera para comentarle el caso. Lo lógico hubiera sido que la profesora me dijera que si quería hablar del tema quedáramos a una hora o desplazarnos al despacho u otro espacio. Pero no. Alli delante de todo el trajín de madres/padres/niños tuve que explicar el caso. Por desgracia no recibi la respuesta esperada tipo "lo pensaremos", "podríamos hablarlo otro día con más calma" o similar. No.


Su respuesta fué cerrarse en banda con los tres argumentos más trillados del mundo:

Nosotros no tenemos la culpa.
(pero no es una actividad del colegio, no sois las responsables últimas?)

Siempre se ha hecho así.
(pues con ese argumento podríamos seguir quemando brujas, dejando a la mujer en casa, ...)

Esto solo le pasa a tu hijo.
(claro! la culpa es del niño que es raro.... Ah!)

Visto el panoráma me fui porque era claro que era como estrellarse contra un muro. Pensé que solo le queda un mes escaso para estar en esa institución y que esto me servía de experiencia para próximas ocasiones. Ya había tenido ciertas diferencias con respecto a su manera de hacer las cosas pero una intenta mostrarse flexible y relativizar las cosas (ver post Hasta los mísmisimos).

Vale me estoy enrollando... Sorry!


Hoy Mi Ch se ha puesto especialmente contundente en que no quería ir a clase. No quiero. Hoy no voy. Y así durante toda la preparación matutina. Normalmente esta letanía se acaba en cuanto se acerca al colegio. Sale corriendo feliz como una perdíz encantado de la vida.

Es cierto que lleva unos días un poco más sensible que antes. Para San Juan tiramos muchos cohetes y a la mitad de la verbena empezó a despedirse de cada uno de ellos con un sentimiento de pérdida que nos sorprendió. Mi Ch está experimentado con sus sentimientos de una forma nueva.

Otro ejemplo: hace un par de semanas en la piscina, estabamos con otra niña que saltaba desde el borde al agua de lo más encantada. Él también quería hacerlo pero cuando estaba a punto de saltar juntó las manos, cerró los ojos y las dos madres nos quedamos pasmadas mirándole. No rezaba, flojito, flojito decía "concentrate, concentraté". Estaba buscando fuerzas en su interior para hacer algo que le asustaba. Me pareció fantástico esa capacidad para gestionar la tensión originada por el reto de saltar al agua.

Volvemos al presente matutino: Una intenta mostrarse jovial y despreocupada; pero Mi Ch insitía que hoy no quería ir al cole. Delante la puerta de su clase la cosa se agraba. La profesora lo coje en brazos, mamá intenta darle un beso alegre y despreocupada. Y Mi Ch se pone a llorar como nunca lo había hecho en todo el curso.

Es un niño muy feliz que siempre está riendo y va con su mantra de "no pasa nada". Verdaderamente hoy necesitaba no ir al cole -no nos pasa a los adultos que hay días que pretextamos una fiebre o una indisposición?-, porqué sus necesidades no son consideradas jústamente?

- Vaya hoy tiene mamitis. Claro como tienes esa cara triste pues el niño se pone igual.


ZZZAAAASSSSS! 
En pleno higadillo.
Riñones colapsados, me tambaleo e intento recuperarme 
lo justo para sacarlo de los brazos de la profesora y le espeto:

- Pues se viene a casa.- Sentencio.


No puedo decir que cara o que ha dicho después pues mis ojos se han nublado y mi cabeza empezaba a rodar en un torbellino de furia, dolor y culpabilidad.

Si no estoy dispuesta a dejar que se duerma llorando (Estivill y su tropa se pueden ir a pasear por la luna), si le dejo colechar (porque si a los mayores nos gusta dormir en pareja a ellos les gusta dormir con sus progenitores y no solos). Porque si yo sufrí bulling y sé lo que es que tus padres te digan que no les gusta verte triste (trágate el dolor y sigue adelante que yo estoy ocupado) y que no piensan cambiarte de cole porqué es más importante no perder un curso académico que ser una niña feliz.

A CUENTO DE QUÉ VOY A DEJARLO LLORANDO !!!!
QUE CARA QUIERE QUE PONGA AL VER A Mi Ch LLORANDO 
COMO NO LO HABÍA HECHO EN TODO EL CURSO? 

Mamítis?!  
Lo pongo en duda mucho. 

Se ha quedado con su abuelo (no con mamá) y está encantado -que he llamado preguntando por su evolución esta mañana-. Mamitis?! Culpabilizar a la madre, desestimar los temores del niño, esa es la manera de educar?! De respetar a los niños como las personas que son?!

No digo más.

3 comentarios:

  1. Olé!! Me parece fantástico como has actuado. Te lo dice una que se ha quedado con ganas de hacerlo en alguna ocasión y por la mierda conciliación no ha podido (bueno, y en el cole de Peque son bastante más empáticos, todo hay que decirlo).
    Besotes.

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  2. Muy bien!!! Soy de tu opinión... De hecho tengo claro q si dentro de un año mi peque no quiere ir a la guardería pues... Otro año en casa con una chica y ... solucionado!
    Bravo por ti!!'

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