13 de septiembre de 2012

3 horas de libertad... Y ahora que hago?


 Hoy he tenido la suerte de tener 3 horas libres. Ha sido una cosa sin programar. De repente tenía a Mi Churrumbel adjudicado de 4.30 a 7.30.

Y estaba encantada. No he querido quedarme en casa. Que ya me conozco y comienzo a limpiar-recoger-ordenar-planchar-coser-cocinar-etc... y acabo más cansada que si lo tengo alrededor.

Que hacía yo antes?

Silencio en mi cabeza. Tengo la mente en blanco pero me cuelgo la mochila y salgo a la calle sin rumbo fijo.

Cojo el primer autobús que pasa porque tampoco quiero quedarme en el barrio que ya lo tengo muy visto. Me encanta ir en transporte colectivo (tren, autobús, metro, avión,...). Es agradable ese tiempo suspendido en el que lo único que tienes que hacer es dejarte llevar. Normalmente esos momentos de aeropuerto a la espera que salga el avión con la maleta facturada y sin nada mejor que hacer que pasear los el duty free me encanta. Es como un no ser. Como alcanzar un estadio de suspensión en el tiempo sin tener que hacer yoga ni nada por el estilo.

Total que llego al centro y me paro en plaza Universidad. Es una zona que conozco desde hace tiempo. Me se sus sitios tranquilos y los bulliciosos. Las tiendas curiosas y los lavabos a los que puedo acceder sin gastar un duro en consumiciones obligatorias dentro de un bar. Y sin embargo, hace mucho que no voy por ahí y me sorprende la marea humana. Se me ocurre hacer unas compras (calcetines para ir por casa para Mi Ch y bragas para mi) al salir de nuevo a la calle me siento un poco agobiada y decido salir de allí.


Dejo la calle Aribau y me paso a la vía paralela (c/ Muntaner) y .... oh! descubro un aparador la mar de enigmático porque por más que encuentro encantador esos árboles de papel que han creado y puedo ver el interior con sus fantásticos papeles estampados colocados en orden sobre estanterías de madera no entiendo de que va el tema y el nombre (u3u) tampoco me sirve de referente. Pero... mi mente acaba de atravesar el tiempo y el espacio y estoy en Nueva York haciendo el turista hace 3 años en los días que me decidí ha tener a Mi Ch (por cierto también compré una cantidad escandalosa de bragas en aquella ocasión) y empiezo a sonreir y continuo caminando y veo más y más tiendas encantadoras que no sabía de su existencia. Y recuerdo que hay una heladería fantástica a la que me voy deslizando como si estuviera en trance. Me pido un helado mientras escucho el dicharachero hablar de los empleados que son todos italianos y hablan animados como si estuviera en una de esas pelis de versión original a las que solía ir antes de Mi Ch. Y salgo feliz con mi helado de chocolate negro y pistacho que sabe a chocolate-negro-pistacho-y-gloria. Me siento en la parada del bus y mientras espero me siento en paz, con las pilas que se van cargando y mi ánimo sube a jugar entre las copas de los árboles que me rodean en esta tarde que ya comienza a anunciar el otoño.

Las fotos no hacen justicia a lo que he visto y sentido pero es que mi móvil no da para más:

u3u una tienda que en NY quedaría bien en cualquiera de los barrios fashion-bohemios que allí hay

Tienda de dulces tentanciones con combinaciones más allá de la imaginación

Peluquería modelna en plan natural y alternativo. Nota mental: pedir hora y pasar una tarde como una maharaní

No eran horas de tomar en combinado pero he estado tentada de entrar y decirle al barman: un bloody mary! Rápido!




Peluquería de toda la vida con barberos con bata blanca, pajarera en el escaparate. Una señora tiene en el regazo a su hijo -no debe tener más de 2 años- que oculta su cara contra el pecho de su madre mientras le cortan el pelo. Me ha puesto tierna, que queréis que os diga.

Tienda de vinos minúscula pero que prometía largas veladas con amigos alrededor de un buen caldo

4 comentarios:

  1. Me alegro de que te hayan sentado tan bien esas tres horas. Un beso y a disfrutar del fin de semana

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  2. muy bien aprovechadas, sí señor. qué paseo más chulo que nos has enseñado con las fotos.

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  3. Agradecer a Raquel que haya leido el post y haya tenído la amabilidad de corregir una catalanada (dicese de cuando aplicas una palabra que en catalán tiene un significado y en castellano otro).

    Hablando de los escaparates que vi en la calle Muntaner utilicé la palabra aparador que en castellano se refiere a un mueble auxiliar de comedor y en catalán sirve para denominar a la parte de la tienda, habitualmente acristalada donde se exponen productos de la tienda.

    Muchas gracias por aportación al blog (aunque no sea vía comentario público).

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  4. Qué maravilla tener tiempo para disfrutar de no hacer nada en concreto ni planeado y saborear cada segundo, cada imagen. Gracias por compartirlo. Por un momento me he sentido paseando por Muntaner.
    Muy chulas las fotos.
    Besos.

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