7 de julio de 2011

El mundo sobre tacones

Hace un par de días me he comprado unas sandalias Panamá Jack (no lo digo por publicidad, sinó para que tengáis idea de qué estoy hablando). Son cómodas y con ellas las caminatas con Mi Ch se hacen más fáciles (sobre todo ahora con el calor), pero son HORROROSAS.

Bajo los ojos hacia mis pies y allí están: grandotas, de color marrón aventurero ,dispuestas a rondar por la jungla acompañadas de pantalón corto, camisa blanca y un pañuelo en el cuello (lo reconozco he visto demasiado cine de aventuras Hollywoodiense de los 50 ).

Pero en la ciudad, con un ropa "normal", el pelo recogido en una coleta (más rápido de hacer y más resistente a las poderosas manos de Mi Ch), hablando sola por la calle -pues el niño no es aún capaz de responder- "un titi, has visto?; mira un perrito; caramba! que moto más bonita.... ", arrastrando el carrito de paseo, la bolsa para el carrito de paseo y demás adminículos (pote de galletas, pote para el agua, pote para chupetes, trapito para limpiar manos,...), me imagino que debo haber pasado al grupo de las mamas de aspecto desaliñado que vamos por ahí como ejemplo viviente de lo duro que es tirar adelante a una criatura.

Cierto es que nunca mi silueta me ha permitido ser una fashion victim (que si hubiera podido otro gallo me hubiera cantado) pero me gustaba pensar que dadas mis posibilidades no vestía del todo mal. Cuando salía de la zapatería el otro día sabía que había pasado al lado oscuro de la moda. Pronto seré carne de cañón para esos realitys que te llevan al plató y te muestran lo desastre que vas y te explican como debes vestir (porque es evidente que tu no tienes ni pajolera idea) y luego tiran tu ropa a la basura (porque es idem) y al final bajas de una limusina convertida en una fantaaaássstica nueva mujer que llora agradecida y bla, bla,...

Tacones? A la porra con ellos!!! Que si tienes que ir al parque -ese que tanto le gusta y que está lleno de arena- o colgártelo al cuello cuando se cansa de ir en el carrito o subir las escaleras con niño-bolsa de niño-bolsa de la compra-bolsa de mama, es mejor ir bien calzada o no llegas al final del día.

Ropa de temporada? Para qué? Mejor comprar algo no muy caro, que cuando tengas que tirarla porque la ha roto o ensuciado sin remedio no sea un drama tirarla a la basura.

Me digo a mi misma que esto solo es una etapa (para que funcione lo has de repetir como un mantra mil veces al día) hasta que el niño crezca un poco y mientras tanto procuro pasar sin mirarme en los espejos, como si fuera un vampiro que sabe que perdida su naturaleza humana ya nunca ha de volver a ver su reflejo. Sniff! 

Seguiré hojeando revistas de moda y soñando con que algún día volveré a tener tiempo para ir al gimnasio para adelgazar, podré usar ropa sin lamparones y dejarme el pelo suelto sin temor a que Mi Ch me haga un retoque en medio de la calle y acabe pareciendo Marge Simpson.

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