Últimamente escribo unos post que cuando los leo me parecen
LARGÍSIMOS.
Así que hoy uno cortito:
Hemos pasado unos días en la casa que mis padres tienen en
la Costa Brava. Como casi cada año, hemos ido a abrir la casa para la temporada después de permanecer cerrada todo el
invierno. Ha habido mucho trabajo limpiando el jardín de malas hierbas,
hojas secas y demás. Una vez contabilizadas las plantas que no han resistido el invierno y comenzamos a hacer planes de lo que
vamos a poner en reposición. Me encanta hacer planes de jardinería.
Mientras hacíamos eso Mi Churrumbel (Mi Ch) se ha dedicado a
descubrir todo tipo de animalitos (arañas, caracoles, orugas,…). Por las
mañanas nos acercábamos a la plaza del pueblo (en la foto) a tomar el café y Mi Ch se lo
pasaba en grande corriendo de un lado para otro jugando con algún niño de su
edad y acariciando a un perrito de esos que se pasa todo el día fuera de casa –como
se hacía antes, me comenta mi padre-.
Resultado esperado y deseado: Ha disfrutado como un enano.
Resultado no esperado y que te deja el alma en los pies:
Ayer al levantarse de nuevo en su piso de Barcelona y salir al comedor empezó a
llorar diciendo que NO, NO, NO. Él esperaba ver la sala de estar con la puerta
al jardín y no el salón de su casa.
Mi Ch acaba de pasar su primera depresión post-vacaciones
(suerte que solo duró una horita).
Pobre, le entiendo perfectamente, donde esté el jardín, el campo y el aire libre... Menos mal que queda poco para el verano. Un beso
ResponderEliminarjajajaja pobrecín, tan pequeño y ya renegando de la vuelta a la rutina...
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