Duerme rápido

Mi madre, como buena valenciana, a veces tendía a la exageración. Solía ser broma familiar recordarle una frase habitual: Vete a la cama y duerme rápido.

Nos hacía gracia eso de dormir rápido. Nos parecía una exageración de la falta de tiempo que todo el mundo nos solemos quejar en mayor o menor medida.

Ahora he descubierto la sabiduría de madre que reside en esa frase.

Alargo el momento de ir al lavabo porque antes de llevar al baño me entretengo en cuatro mil cosas que están pendientes de recoger-limpiar-arreglar-ordenar. Cuando al final llego a la taza del water (con la vejiga a tope-tope) acabo en cuatro segundo pues Mi Churrumbel (Mi Ch) me reclama gritando Mamá, Mamáaaaaaa! y yo ya me imagino el niño con las cuatro extremidades rotas o -por el contrario- se hace un silencio absoluto y ya tiemblo pensando el lío que me está montando en el comedor.

Corro para ir la parque, para sacarlo del parque, para ir a comprar, cocinar, limpiar,.... Llego del trabajo corriendo para combinar la siesta de Mi Ch con la media hora que tardo en engullir primer-segundo-postre.

Me paso el día corriendo.

Y cuando llega la noche. Mi Ch se queda frito corro a la cama, ceno agotada del trajín diario, entro en la cama, me pongo una peli o un capítulo que me he bajado o escribo en el blog o miro otros blogs cuando no tengo fuerzas y pienso que soy una madre fatal....... Miro el reloj y pienso en las pocas horas que me quedan y ... cierro los ojos, esperando dormir rápido para que cunda y por la mañana sea capaz de tirar adelante con todo.