Me resulta sorprendente ver lo mucho que le gusta a Mi Churrumbel (Mi Ch) los medios de transporte. Es igual que sea una cinta tranportadora, que un ascensor, un autobús o el metro. La cuestión es sentirse en movimiento, ir de aquí para allá.
Y que nadie se lleve a error: ODIA el carrito. Nada más nacer para tranportarlo la cosa se había de producir en una serenata interminable de lloros y quejas. El paseo de casa mía a la de mis padres era una especie de procesión de penitencia en la que el gritaba como si lo estuvieran matando y yo tenía que poner cara de poker, como si la cosa no fuera conmigo y sin esperanzas de intentar calmar a Mi Ch. Como casi siempre repetía recorrido la gente me veia pasar a la misma hora, con el "carrito berreante" y pensaban... "Otra vez esta!! Mira que mala madre que debe ser para que la pobre criaturita siempre esté llorando. Seguro que le cuida fatal!".
Yo, para evitar ver el reproche en sus ojos, miraba al frente y me reafirmaba en poner cara de no oír ni por descuido la sinfonía de berridos de Mi Ch.
Según las teorías más de moda lo "lógico" es llevar enganchado al cuerpo todo el día al niño. Que si el contacto con la madre y que si bla, bla, bla. Incluso escuché que los carritos eran algo así como un invento del demonio fruto de esta sociedad moderna y alienante que pretende romper los lazos madre/hij@. Que si los romanos fueron capaces de inventar todo lo que inventaron bien podían haber pensado alguna cosa para llevar a los descendientes y que si no lo hicieron era por lo del lazo maternofilial y bla, bla, bla.
Mi respuesta a esa teoría es que si eres romano y tienes un esclavo a que arrastrar un carrito. Mejor el esclavo!!! No solo lo transportará. sino que ya se cuidará de que vaya tranquilo y en silencio. Y si no tienes, para que están las mujeres? Pues para criar y atender a la descendencia y entre los cuidados entra el desplazamiento. Y para que me voy a liar yo (piensa un ciudadano romano varón con derecho a voto) a hacer nada para hacerle la vida más sencilla si yo tengo por misión conquistar el mundo (y ahí sí que derrocho ingenio y capacidad inventiva) para demostrar que soy el más guapo y para tener más esclavos que se encargaran de todo el trabajo sucio y así mi mujer me deje en paz.
Disgresiones históricas a un lado, como decía a Mi Ch le horroriza subirse al carrito pero ante la negativa de una servidora de servir de animal de carga (sobre todo porque mi espalda no está para semejantes tareas) ha concedido a usar ese instrumento de tortura pero de pie sobre el mismo. Es decir, que apoya su culo en el respaldo y los pies donde habría de tener el trasero. Y así vamos! Sin cinturones de seguridad y a un tris de partirse la crisma. Pero si nuestra generación sobrevivió a los coches sin cinturones de seguridad ni sillas adaptadas el mio podrá superar este trance sin mayor problema.
El pasado domingo fuimos a un centro comercial. No pasamos más que el tiempo de hacer un café con leche. Era la excusa para subir a: escaleras mecánicas, metro, ascensor, autobús. Si a eso le sumamos que por la mañana había subido a un tren en miniatura que hay en el parque de Can Mercader el día fue para él redondo para él.
Ya me veo yendo a todos los parques de atracciones del mundo. "Otra vez mama!" Repetirá machaconamente. Montañas rusas temblad ante Mi Ch!!!
Sole!!
ResponderEliminarPorfín dí con tu blog, ayer no se que pasó y no pude venir a chusmear. Me encantó tu blog, y tu descripción. Yo también voy por la vida como cactus de hule. No causo maravillosas impresiones a buenas a primera, pero cuando ya sedan el tiempo para conocerme, cambian de opinión, y es que uno no puede ser monedita de oro tampoco.
Pues al igual que tu, me niego a ser burrita de carga, no me compro la teoría de que si no lo llevas a upa no hay apego, y aunque quisiera, mi espalda no resiste a la gorda por mucho tiempo. Asi que al igual que tu, salgo en carrito que tampoco le gusta mucho, y los entiendo porque eso de llevarlos mega amarrados es demasiado, cuando llora aplico también la técnica "Cara de Poker, no te oigo". Cuando esté más grande probaré tu técnica de llevarla parada jajaj a ver si sale viva ( que ni me lea el padre, que seguro colapsa!).
Saludos desde el otro aldo del charco!
Sorprendida y encantada de tu visita. Me encanta leer que en todas partes nuestros pequeñaj@s son igual de rebeldes y tienen MUY CLARO desde el principio que les gusta y que no (y la mayoría de veces es lo opuesto a lo que nosotras pensamos).
ResponderEliminarLo de educar con apego y todas esas grandes teorías a veces nos vuelven un poco locas. Que si ser un sargento semana y educarlos como a perritos (conductistas) o engancharnos a ellos y no dejarlos a sol ni a sombra.
Creo que el mejor consejo que me han dado nunca es utilizar el sentido común a veces va bien una cosa otras es mejor otra. Según lo vas viendo y sin agobiarte.
Y si no que se lo digan a nuestras madres que a ellas todo eso les suena a cuentos chinos y a sacadineros para que compremos libros, vayamos a charlas y nos neuroticemos.
Como si no tuvieramos bastante con todo ese rollo de estar guapa-joven-delgada-sexualmente activa y experta-con un trabajo fantástico-.....