16 de junio de 2011

Las pequeñas cosas

Dicen que una vez Groucho Marx dijo que la vida estaba hecha de pequeñas cosas: una pequeña mansión, un pequeño yate, una pequeña fortuna,...

Frases ingeniosas a parte, es cierto que a pesar de las millones de veces que hemos leído y escuchado a la gente decir que el secreto de la felicidad cotidiana es saber disfrutar de las pequeñas cosas no llegas a entender en toda su profundiadad la verdad que encierra hasta que tienes un hijo.

Y que nadie se me ponga edulcorado. Hoy no estoy pensando en las monerías que puede hacer o decir esa criaturita que a aparecido en la vida de un@ sino, justamente, en todo lo contrario. Que maravilla el silencio que reina en casa cuando al final duerme!!! Como aprecias la falta de ruido (por mucho que lo quieras los gritos, chillidos y demás no dejan de ser ruido), el tiempo para poder mirar Internet sin que alguien intente aporrear el teclado o poder enfrascarse en la lectura de un libro -si aquel día te ha dejado un poco de energía- sin temer que al levantar la vista te lo encontrarás intentando meterse algo en la boca para terror del progenitor.

Aquello que antes nos parecía lo más normal, que apenas si prestábamos atención ahora se convierte en toda una fiesta para los sentidos. A continuación hago una pequeña lista de todos los pequeños/grandes placeres que estoy descubriendo y me hacen dar gracias a los cielos de que mi criaturita esté durmiendo (sumados a los ya enumerados en el párrafo anterior):

- Una ducha (larga y completa con exfoliación, hidratante después y cuantos tratamientos cosméticos seamos capaces imaginar).
- Leer un artículo, entero, del diario tomando el desayuno en el silencio de la mañana. Si es en domingo eso ya es el Nirvana.
- Ver la casa recogida y en orden (eso significa haber tenido tiempo de arreglarlo todo, claro) y recordar los tiempos en que eso era la norma y no la excepción.
- Escribir una entrada en el blog y que no te haya interrumpido siete veces reclamando tu atención.

La lista es corta pero espero que pueda irse ampliando.

Y me voy a disfrutar de el último gran descubrimiento: una noche entera de sueño sin tener que levantarme para atenderlo (espero que el milagro vuelva a producirse).

Post scriptum: Las monoparentales al tener menos posibilidades de disponer de estos minutos de relax creo que podemos incrementar la cuota de placer al ser este más escaso (si ello es posible) y así compensamos la limitación en número con la intensidad.

1 comentario:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...